viernes, 23 de mayo de 2008

azúcar

¿Qué te parece entonces, si en lugar de leernos los cuentos de antaño, nos sumergimos en azules desteñidos...como antes? ¿Qué tal si en vez de escribirte una carta mientras te veo, para que te la vayas comiendo en el metro así despacito, palabra por palabra, te cuento una vez más cómo se miran los volcanes desde mi cuarto, cuando me fumo un cigarrillo mirando por la ventana? ya no quiero escribir mientras me miras, o finges ignorarme, porque prefiero verte a los ojos cuando hablamos y también observar detenidamente la taza de café de vez en cuando.

Te espero en el café de siempre, y me gusta estar allí esperandote por horas especialmente cuando llueve porque me largo con las gotas por los tragantes, y todos los agujeros y me deshago en ríos luminosos que se meten por las piedras para llegar a otros lados.

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