Mi mano recuerda la suave caricia,
del cabello dorado tostándose al sol...
y sobre mi piel fría, la luz clandestina,
que escapaba clara de su mirada azul.
Reposa ahora esta mano vacía,
apretando triste un recuerdo enfermo
que muere de a poco en el instante mismo
en que vuelven los ojos a mirar al sur...
1 comentario:
hermoso poema, me gusta mucho clau clau
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